Los horrores del 7 de octubre modificaron la realidad que conocíamos. Nunca olvidaremos esta terrible masacre ni las acciones de sus perpetradores.
Para asegurarnos de no olvidar y seguir luchando por la verdad y el futuro del pueblo judío, anteayer aterrizó en Israel una delegación solidaria de educadores de toda América Latina, integrada por más de 20 directores de escuelas judías.
Inmediatamente después de su llegada participaron en una reunión con las familias evacuadas, refugiados en su propio país, que actualmente se encuentran junto al Mar Muerto.
A continuación, los educadores se trasladaron al kibutz Kfar Aza para comprobar los horrores de la masacre con sus propios ojos.
Ayer se reunieron con el Presidente de Israel, el Sr. Isaac Herzog, con quien conversaron sobre el antisemitismo en las distintas comunidades de América Latina y sobre las dificultades, los desafíos y los métodos para continuar la lucha contra esta situación en crecimiento en el mundo entero.
Asimismo, mantuvieron un encuentro con el vocero del Ministerio de Asuntos Exteriores, Lior Haiat, quien se refirió a la política exterior de Israel en relación con la guerra y, específicamente, con América Latina.
Más adelante esta misma semana, la delegación seguirá reuniéndose con personalidades clave y con ciudadanos afectados para expresar su solidaridad y escuchar historias de heroísmo de primera fuente.
Los educadores son nuestros embajadores, cada uno en su propia comunidad. Su encuentro con la guerra de una manera tan tangible les permite transmitir este mensaje y defender la verdad.
La importancia de la delegación, más allá de la expresión de solidaridad con Israel, es muy notoria ya que todos sus integrantes son educadores líderes en sus respectivas áreas, responsables de educar a la futura generación de la comunidad judía en toda América Latina.
Esos niños crecerán y serán las personalidades clave y la voz judía en los años venideros; por ello, nuestro deber primordial es transmitirles los acontecimientos del 7 de octubre y sus consecuencias para el pueblo judío, tanto en Israel como en las comunidades del mundo entero, en aras del presente y, en especial, del futuro del pueblo judío dondequiera se encuentre.
Muchas gracias a nuestros asociados y a todos los participantes de la delegación que optaron por dejarlo todo y venir a Israel en tiempos de guerra, como prueba de solidaridad y expresión de apoyo.
